Llevamos ya varios días de campamento y si omitimos que somos pasto de los mosquitos y otros insectos chupasangre, todo va muy bien.
Conocer a los chicos del proyecto en el campamento es fantástico al tiempo que agotador. Fantástico porque los conocemos a todos (los más de 200). La convivencia nos permite ir aprendiendo sus nombres y tomar una buena visión general del trabajo que hace Palliri con ellos. Pero también es agotador por que estos niños y chavales están llenos de energía, excitados por la experiencia del campamento y para colmo Gloria y yo somos la novedad, así que no paramos ni un momento, cuando paramos de jugar con los peques y conseguimos descolgárnoslos del cuello (son todo amor), vienen los mayorcitos a gastarnos alguna broma, contarnos un chiste picante o enseñarnos a bailar morenadas.
Los pequeños, entre 5 y 11 años, son super inocentes y cariñosos. No tienen reparos ni desconfianza, hablan y juegan con todo el mundo y se apuntan a un bombardeo. Cuando llega la hora de meterse en la piscina todos corren como posesos a meterse al agua aunque no sepan nadar.
Los mayores, entre 12 y 19 años son otra cosa. Son también muy buena gente pero en sus palabras y acciones se deja entrever la pérdida de la inocencia en una realidad cotidiana algo dura, son más tímidos y desconfiados que los pequeños y cuando por fin se sueltan, pueden llegar a ser algo bruscos o caer en dinámicas de competición, pero bueno, lo típico de los adolescentes. A ellos les cuesta más entrar en la piscina, a muchos les da vergüenza o miedo, especialmente a las chicas. También llevan una curiosa guerra de sexos, anoche los chicos entraron a las habitaciones de las chicas a quitarles y esconderles los zapatos. Hoy las chicas han secuestrado uno a uno a muchos de los chicos y en una de las habitaciones les han maquillado…
… locuras típicas de campamento.
Conocer a los chicos del proyecto en el campamento es fantástico al tiempo que agotador. Fantástico porque los conocemos a todos (los más de 200). La convivencia nos permite ir aprendiendo sus nombres y tomar una buena visión general del trabajo que hace Palliri con ellos. Pero también es agotador por que estos niños y chavales están llenos de energía, excitados por la experiencia del campamento y para colmo Gloria y yo somos la novedad, así que no paramos ni un momento, cuando paramos de jugar con los peques y conseguimos descolgárnoslos del cuello (son todo amor), vienen los mayorcitos a gastarnos alguna broma, contarnos un chiste picante o enseñarnos a bailar morenadas.
Los pequeños, entre 5 y 11 años, son super inocentes y cariñosos. No tienen reparos ni desconfianza, hablan y juegan con todo el mundo y se apuntan a un bombardeo. Cuando llega la hora de meterse en la piscina todos corren como posesos a meterse al agua aunque no sepan nadar.
Los mayores, entre 12 y 19 años son otra cosa. Son también muy buena gente pero en sus palabras y acciones se deja entrever la pérdida de la inocencia en una realidad cotidiana algo dura, son más tímidos y desconfiados que los pequeños y cuando por fin se sueltan, pueden llegar a ser algo bruscos o caer en dinámicas de competición, pero bueno, lo típico de los adolescentes. A ellos les cuesta más entrar en la piscina, a muchos les da vergüenza o miedo, especialmente a las chicas. También llevan una curiosa guerra de sexos, anoche los chicos entraron a las habitaciones de las chicas a quitarles y esconderles los zapatos. Hoy las chicas han secuestrado uno a uno a muchos de los chicos y en una de las habitaciones les han maquillado…
… locuras típicas de campamento.
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